miércoles, 21 de octubre de 2009

UNA CURIOSA "ANÉCDOTA"

El 10 de Diciembre de 1.948, se proclamó por la Asamblea General de las Naciones Unidas la Declaración Universal de Derechos Humanos, afirmando, en su artículo 3, y textualmente, lo siguiente: "Todo individuo tiene derecho a la vida, a la libertad y a la seguridad de su persona".
Sin embargo, si nos fijamos bien, en ningún momento hace referencia a qué momento ha de entenderse que la vida humana existe y, por lo tanto, desde qué momento es digna de protección.
Lejos de ser una mera anécdota u olvido, por el contrario dicha omisión fue intencionada.
Así, baste al efecto significar que se puede tomar como precedente inmediato del meritado texto internacional la llamada Declaración de Bogotá (1948) en la que la Organización de Estados Americanos (OEA) hace una previa declaración de derechos humanos.
De dicha declaración, la ONU recoge dos aspectos:
1.- Los seres humanos poseen una dignidad.
2.- Todo ser humano tiene derecho a la vida.
Cuando comenzaron las deliberaciones sobre la Declaración de Derechos Humanos en la ONU, los Estados de la OEA, Filipinas y Líbano, vieron la necesidad de incluir la cláusula del derecho a la vida del concebido y no nacido y, por lo tanto, dejar claro el origen de la vida desde el mismo instante de la concepción.
Dicha propuesta fue rechazada, fundamentalmente, por dos Estados: Estados Unidos de América y la Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.
Se alegó que era mejor una decisión ecléctica, pues había Estados que tenían regulado el aborto y éstos no firmarían la Declaración.
Curiosamente la Presidenta de la Comisión de Derechos Humanos, encargada de elaborar la propuesta de la Declaración, era, precisamente, la esposa del entonces Presidente de los EEUU, Eleanor Roosevelt, la cual, curiosamente, por aquel entonces tenía una estrecha colaboración con Margaret Sanger, cofundadora de la Federación Internacional de Planificación de la Familia (IPPF), que comprendía una federación de organizaciones no gubernamentales que tenían como santo y seña la promoción y práctica del aborto como método de planificación familiar.
Es decir: el Capitalismo y el Socialismo de la mano cuando se trata de erradicar la vida del concebido y no nacido.
De la mano, en definitiva, cuando se trata de asesinar....
¿Y cuál es el medio o instrumento perfecto para conseguir ese fin?: La Organización de las Naciones Unidas.

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